En el corazón de Alaska, Glacier Bay emerge como un lienzo en vivo, donde la naturaleza dibuja paisajes de inigualable belleza y alberga a las majestuosas ballenas jorobadas. Este Parque Nacional no solo es un testimonio de la diversidad natural del mundo, sino también un centro de investigación y conservación crucial para estas especies marinas.

A través de un Programa de Monitoreo establecido desde 1985, científicos y conservacionistas trabajan incansablemente para proteger a las ballenas jorobadas de amenazas como la contaminación acústica y las colisiones con embarcaciones. Este esfuerzo colectivo refleja la importancia de la investigación científica en la conservación de la vida silvestre y la gestión sostenible del turismo.

La experiencia de Glacier Bay es una invitación a reflexionar sobre nuestro papel en la preservación de estos ecosistemas. Cada imagen capturada, cada momento compartido entre las ballenas y los visitantes, fortalece el vínculo entre el ser humano y la naturaleza, recordándonos la responsabilidad compartida de proteger nuestro planeta para las futuras generaciones. Un lugar de encuentro entre el arte, la ciencia y la conservación.